martes, 1 de septiembre de 2009

La orilla eterna.

¡CLASH! ¡CLASH!, es uno de los pocos sonidos que puedo escuchar, ¡CLASH!, y me muevo de norte a sur, de lado a lado, aunque realmente ya no se donde es norte, y donde es sur. Si, porque ya he viajado tanto que he pasado el punto en donde las agujas de la brújula cambian repentinamente hacia su inverso. Cada golpe de estas olas son las que me recuerdan que todavía estoy aquí, me sacuden. Es difícil cuando todo lo que existe puede entrar en un solo panorama, demasiado monótono, demasiada desgracia. Puedo decir que he vistos tantos amaneceres y atardeceres como estrellas pudo haber visto un hombre. Muchas veces el sol brillaba tanto que pensé que podría derretir está capsula, otras veces la noche se extendía impredeciblemente y duraba miles de olas. Era el único de mi tipo, en realidad soy la mitad de lo que soy, porque la otra mitad de lo que puedo ser debe andar a la deriva como yo, nunca vi algo parecido. Y todo esto es lo que maldigo, maldito sea ese persa que ha escrito en mí, me introdujo en esta botella, que sin duda deberá custodiarme hasta el final, sello con una tapa, y lanzo al Mediterráneo, con un fin que todavía no conozco; porque no me enseñaron a leerme, la única manera de descifrarme es que alguien me tome y cuente en vos alta de que trato. Creí que este viaje terminaría rápidamente en tierra romana o griega, pero raramente aparecieron unos vientos del oeste que me alejaron y me alejaron de mi destinatario, ese que tenía planeado, ese que en tiempo y forma pensé que me liberaría.
Pero yo sigo aquí, tantas veces he deseado que esta botella se hundiese, que venga alguna de las tantas cosas que flotan a la deriva y rompiese este vidrio. Que de alguna manera comience a entrar agua y se lleve este mensaje a lo más profundo, donde nadie, ni nada, pueda saber sobre que era mi mensaje. La magia que usaron conmigo está funcionando muy bien, ya que nada de esto ha sucedido.
Debo decir que muchas veces estuve cerca de la orilla, realmente cerca, tanto que era inevitable imaginarme el momento en el que me descifren y saber cual era el fin que llevaba impreso en mí, pero siempre por razones que no aprendí, volvía al azul absoluto, y la espera se prolongaba nuevamente. Hubo veces en las que quedaba completamente atascado entre pilones de hielo, aprovechaba y pensaba en lo que podría decir mi interior, saque varias conclusiones, tal vez el hechicero envió un mensaje de redención, o alguna noticia de lo que está sucediendo en la guerra o en su vida, o quizás un mensaje de amor a su amada que no conoció, sea cual sea el mensaje, es lo que soy y tengo que aceptar la posibilidad de que sere descubierto y tal vez rechazado, mal interpretado, no interpretado, desechado, destruido, pero no tengo miedo a esto ya que estaré seguro de que mi acción fue concluida. Debo llegar a mi destino, tal como otros pudieron. Mi cascaron esta un poco lastimado y después de tanto tiempo pequeñas filtraciones se logran escabullir y humedecerme un poco. Oh!, albatros a la vista, hace tiempo no tengo una señal tan grata como esta, comencemos a soñar o vivir en la eternidad.

2 comentarios: